Here it is, again. How come we never realize when it starts but always know when summer is coming to an end? I think we relate summer to a state of mind rather than to a season or a time period; everyting we see is brigther, feelings are stronger, bodies are warmer... Summer is the dream, the utopia we fantasize about during those cold January afternoons and comes to life as soon as eyes lock.
Everybody has their own version of this humanly shared dream. Summer adventures are surrounded by a halo of sea salt and sunscreen and, once summer is over, tend to stay that way. I think we find hard to talk about some of our summer experiences with people who haven't lived them. We store them up, treasure them for a year, sometimes don't even think about them at all until spring comes along and you feel the heat spreading again. People feel a little bit ashamed, and gilty for things you did and know shouldn't have. There is just something about summer air, makes you do and say things you normally wouldn't. Your impulses guide you, not your head. But it doesn't mean they aren't true or real. Right or wrong, I would never wish to forget anything. Summer is what makes us human, keeps us alive during hard winters, the promise of the sun coming out at the end of the road.
And then there is the people. Friends you only have 10 days with but you live them like there is no tomorrow. A year's gone by but it doesn't seem to matter, with a smile everything is understood.
Summer has been intense. Between waves, water pistols, cider, pouring rain, chlorine, fire, sea salt, sevillanas, yellow fields and pizza.
♥
Aquí esta, otra vez. ¿Cómo puede ser que nunca nos damos cuenta cuando empieza pero siempre sabemos cuando el final del verano se acerca? Creo que relacionamos el verano con una manera de vivir mas que con una estación o un periodo de tiempo; todo lo que ves es más brillante, lo que sientes es más fuerte, las temperaturas corporales más elevadas... El verano es el sueño, la utopía con la que fantaseamos durante esas frías tardes de Enero y que se vuelve realidad en cuanto las miradas se encuentran.
Todos tenemos nuestra propia versión de este sueño compartido. Las aventuras veraniegas están siempre rodeadas de un halo de sal marina y crema solar y, cuando el verano acaba, suelen quedarse así. Nos cuesta hablar acerca de estas experiencias estivales con la gente que no las ha vivido. Las guardamos celosamente durante todo un año, a veces ni pensamos en ellas hasta que vuelve la primavera y el calor empieza a cosquillear. A veces hay vergüenza y un poco de culpa por cosas que pasan y sabes que no deberían. Hay algo en el aire del verano, hace que digas y hagas cosas que normalmente nunca osarías. Los impulsos guían y no la cabeza. Pero no significa que no sean reales o verdaderos. Bien o mal, nunca querría olvidar absolutamente nada. El verano es lo que nos hace humanos, nos mantiene vivos en los duros meses de invierno, la promesa del sol al final del camino.
Y luego está la gente. Amigos con los que solo te permites 10 días al año pero los vives como si no hubiera mañana. Los años pasan pero no importa, una sonrisa es pura complicidad y entendimiento.
El verano ha sido intenso. Entre las olas, guerras de agua, sidra, lluvia, cloro, fuego, sal, sevillanas, trigo seco y pizza.
XOXO
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